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Por María Rodríguez Rodulfo, psicóloga especialista en intervención infanto-juvenil

Al comunicarnos con adolescentes, a veces sentimos que estamos ofreciendo un monólogo a una pared, y ellos/as pueden sentir que están asistiendo a otra de las historias interminables sobre la experiencia adulta. Sí, a veces sus códigos de habla pueden parecer un enigma indescifrable, pero la comunicación efectiva se basa en tratar de entender su perspectiva y que ellos/as puedan entender la nuestra.

La base de cualquier conversación es la escucha activa. No solo oír, ¡escuchar! Prestar atención a lo que están diciendo, sus emociones y, hasta a veces, lo que no dicen. La expresión no verbal puede darnos la clave si un tema les está resultado incómodo o si tienen ganas de contar algo más y necesitan nuestra ayuda para desenredar las palabras.

Los temas que les inquietan 

Al tratar decisiones más trascendentales, es fácil caer en el juicio sobre sus elecciones. Las conversaciones significativas no suceden de la noche a la mañana, debemos dejar claro que estamos dispuestos/as a escuchar cuando quieran hablar sobre temas que les inquietan: estudios, trabajo, relaciones de pareja o amistades son algunos de los tópicos que más angustia les pueden generar en esta etapa.

En su camino, los/as jóvenes a menudo se encuentran luchando con el miedo a no cumplir las expectativas de las personas adultas que les rodean. Este temor actúa como barrera invisible que dificulta la comunicación honesta con sus cuidadores/as. Por no querer decepcionar, pueden ocultar sus verdaderos sentimientos, pensamientos y dilemas emocionales, ya que nunca es fácil desafiar las ideas preestablecidas. Querer lo mejor para nuestros/as adolescentes no puede hacer sombra a sus propias ideas y anhelos.

“¿Por qué no puedes ser más como tu hermana/primo/amiga?”, “¿no crees que estás exagerando las cosas?” o “¿de verdad es esa tontería la que te preocupa?”, son ejemplos de preguntas que, aun pudiendo estar cargadas de buenas intenciones, hacen que los/as adolescentes se sientan incomprendidos/as. “Me he dado cuenta que esto te afecta mucho, ¿quieres que hablemos sobre ello?”, “¿qué piensas que te podría ayudar en esta situación?” o “¿qué necesitas de mí en este momento?” son formas de respetar sus pensamientos y emociones, a la vez que mostrar un interés genuino en sus problemas.

La comunicación efectiva no es solo hablar, sino también escuchar, entender y aceptar. El fomento de las relaciones intergeneracionales sólidas con adolescentes pasa por darles espacios para que se puedan expresar libremente y sentirse comprendidos/as.

Sobre María Rodríguez Rodulfo

Psicóloga especialista en intervención infanto-juvenil para la prevención de violencia de género y violencia sexual. El interés por la generación Z y la tecnología le llevan al trabajo con familias, profesionales, niñas/os y adolescentes en la promoción del buen trato. En 2022 fue galardonada por el trabajo de “Prevención de la violencia en la infancia y adolescencia a través del desarrollo afectivo-sexual saludable en centros educativos” en el III Congreso Andaluz de Coeducación.

Puedes leer el primer artículo, “¿Son tonterías de la edad? Entendiendo la adolescencia”, aquí.

El segundo, “El arte de conectar con adolescentes en la era digital”, aquí.

Y el tercero: Enamorarse por primera vez: un viaje a través de las parejas adolescentes, aquí.

 

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