Por María Rodríguez Rodulfo, psicóloga especialista en intervención infanto-juvenil
¿Recuerdas esa sensación de mariposas en el estómago cuando sentiste atracción por primera vez en tu adolescencia? El corazón latía más rápido, las manos sudaban y los nervios eran invitados habituales.
Los/as adolescentes comienzan a desarrollar un interés romántico por sus iguales en esta etapa evolutiva. Aprenden el significado de un “te quiero” en el contexto de una pareja, atribuyéndole significados culturales mainstreams que ven en películas y escuchan en canciones de Quevedo (el cantante, no el escritor). El ideal del amor romántico les hace creer en el “amor eterno” y en que “todo lo que necesitan para ser feliz es una relación”, pero la realidad es más complicada. A veces se dejan de lado los chocolates y las flores, y eso está bien.
Las redes sociales tienen un papel fundamental en las primeras parejas, ya que les hacen sentir que deben mostrar su amor al mundo. Si no suben un story en Instagram para actualizar su estado civil, ¿significa que no van en serio?
La presión de grupo también se hace notable en estas primeras experiencias, ya que los iguales pasan a ser referentes para los/as adolescentes. El equipo de investigación del amor del feed sacará sus conclusiones dependiendo del número de comentarios que hayan intercambiado los/as jóvenes, los “me gusta” o si han dado unfollow a sus exparejas. Todos los movimientos amorosos se ven justificados públicamente ante otros/as usuarios/as, como si de la mismísima ruptura entre Rosalía y Rauw Alejandro se tratase.
Hay algunas cuestiones que no son tan fáciles de definir o de comprender para el mundo adulto: hablamos de lo que llaman los “casi algo”, relaciones a medio camino entre amistad y pareja. ¿Son solo amigos, están involucrados románticamente o dónde se sitúan? Conexiones confusas, donde se evita la definición formal y la falta de claridad puede dar lugar a malentendidos. Los/as adolescentes pueden tener este tipo de relaciones al inicio por miedo al compromiso o por el temor de tomar decisiones que, a priori, pueden parecer definitivas. Sin embargo, es importante acompañarlos para que entiendan que comprometerse en una relación no significa tener que pedir matrimonio a esa persona, sino comunicarse acerca de sus emociones y respetarse mutuamente.
Conceptos como love bombing (excesivo afecto al inicio de la relación), body count (número de parejas sexuales pasadas), benching (ser la segunda opción de alguien) o ghosting (cortar abruptamente la comunicación) son muy utilizados por la juventud para explicar conductas dañinas en el seno de las relaciones afectivas, que al final se basan en no respetar los principios del buen trato. Aunque no tengas el B1 en inglés, sí que puedes ayudar a los/as adolescentes de tu entorno a construir relaciones más saludables. Algunos de los recursos que se pueden poner en marcha para apaciguar las mariposas en el estómago son:
– Mejorar la comunicación abierta sobre sus sentimientos, preocupaciones y expectativas en la relación.
– Enseñar la importancia de reconocer los límites personales y fomentar su autoestima.
– Proporcionar ejemplos positivos de relaciones saludables en la vida cotidiana.
– Ser un apoyo y recurso confiable, ofreciendo orientación empática cuando sea necesario y ayudándoles a comprender las complejidades de las relaciones.
Acompañar a la adolescencia en los primeros amoríos, por muy alejadas que nos queden esas experiencias, es esencial para su desarrollo emocional y social, y nos ayudará a reforzar nuestro vínculo con la juventud.
Sobre María Rodríguez Rodulfo
Psicóloga especialista en intervención infanto-juvenil para la prevención de violencia de género y violencia sexual. El interés por la generación Z y la tecnología le llevan al trabajo con familias, profesionales, niñas/os y adolescentes en la promoción del buen trato. En 2022 fue galardonada por el trabajo de “Prevención de la violencia en la infancia y adolescencia a través del desarrollo afectivo-sexual saludable en centros educativos” en el III Congreso Andaluz de Coeducación.
Puedes leer el primer artículo, “¿Son tonterías de la edad? Entendiendo la adolescencia”, aquí.
Y el segundo, “El arte de conectar con adolescentes en la era digital”, aquí.