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En Almería, las mujeres autónomas representan más del 30% del total, una cifra que destaca en comparación con la media nacional del 26,3%. Sin embargo, a nivel nacional, la brecha de género en el emprendimiento innovador sigue siendo significativa y costosa. En 2023, esta brecha le costó a la economía española 5.300 millones de euros, equivalentes al 0,43% del PIB. Diana Morant, ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, subraya que “la desigualdad de género no solo es injusta, sino que además nos sale cara”.

El informe ‘Coste de oportunidad de la brecha de género en el emprendimiento innovador’, elaborado por Afi y promovido por Redeia, identifica cinco brechas principales en este ámbito. La primera brecha se observa en la formación reglada postobligatoria. Aunque las mujeres son mayoría en Formación Profesional, su presencia disminuye en las áreas vinculadas al emprendimiento innovador. En la universidad, aunque las mujeres superan en número y rendimiento a los hombres, solo constituyen el 33,4% de los estudiantes en titulaciones de alta intensidad emprendedora e innovadora.

El informe estima que con una mayor promoción de estos estudios entre mujeres, podría haber más de 50.000 mujeres emprendiendo en el ámbito innovador, alcanzando una presencia del 35% para 2030. En el mercado laboral, hay el doble de trabajadores autónomos que trabajadoras autónomas en España. En 2023, el 7,5% de los hombres españoles emprendieron, frente al 6,1% de las mujeres, lo que resultó en una pérdida económica de más de 16.400 millones de euros. La disparidad es aún mayor en el emprendimiento innovador, con 73.000 hombres y solo 26.000 mujeres en actividades de alta intensidad innovadora.

Las startups fundadas por mujeres generan un 10% más de ingresos y tienen un 27% menos de fracaso en comparación con las fundadas por hombres.

Las mujeres que deciden emprender enfrentan obstáculos adicionales como la falta de acceso a la financiación y diferencias en la autopercepción de sus capacidades. En 2023, solo el 7% de las rondas de financiación en Europa fueron para equipos fundados exclusivamente por mujeres. Sin embargo, los datos muestran que las startups fundadas por mujeres generan un 10% más de ingresos y tienen un 27% menos de fracaso en comparación con las fundadas por hombres.

Los estereotipos de género también perpetúan estas desigualdades. A pesar de estos desafíos, cuando las mujeres ocupan posiciones de dirección, demuestran ser gestoras eficientes. “A diferencia de otras brechas, la del emprendimiento innovador no se cerrará por sí sola”, afirmó Beatriz Corredor, presidenta de Redeia. “Reducirla requiere medidas y políticas contundentes de promoción de la igualdad de oportunidades, como romper estereotipos, mostrar referentes a las niñas, e impulsar su formación en estudios vinculados a la innovación.”

Hay motivos para el optimismo.

Las diferencias de género en el emprendimiento se reducen entre los menores de 35 años y aquellos con niveles educativos avanzados, donde la proporción de mujeres emprendedoras es de 0,8 por cada hombre emprendedor. En la última década, la brecha de género en la probabilidad de emprender se ha reducido significativamente. Promover la formación especializada en emprendimiento entre las jóvenes españolas, especialmente en las etapas iniciales de su educación y a lo largo de su vida profesional, es crucial para seguir cerrando esta brecha y mejorar la economía.

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