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Con una trayectoria que combina rigor técnico, visión estratégica y un fuerte compromiso social, Inma Vallejo Rueda, Directora de Calidad y Seguridad Alimentaria en Luxeapers S.L.U., fue reconocida con el Premio MIA 2025 en la categoría de Directivas. Ingeniera Agrónoma con un brillante expediente académico, su liderazgo ha transformado la forma en que una empresa internacional del sector agroalimentario entiende la sostenibilidad, la inclusión y la excelencia operativa. En esta entrevista, Inma comparte los hitos de su camino profesional, su compromiso con la España Vaciada y el empoderamiento de la mujer rural, así como su visión sobre el futuro del sector agroalimentario desde una perspectiva humana e innovadora.

Inma, tu trayectoria es muy variada, desde la ingeniería agrónoma hasta la dirección de calidad en Luxeapers. ¿Cómo han moldeado estas diferentes experiencias tu enfoque actual en el liderazgo y en la gestión de la calidad y seguridad alimentaria a nivel global?

Comencé mis estudios universitarios sin tener la certeza de haber elegido el camino correcto. Dejaba atrás ocho años de formación en el conservatorio de música, y lo único claro en aquel momento era la incertidumbre sobre mi futuro profesional.

No sabría decir con exactitud por qué me decanté por el mundo de la ingeniería, fue una decisión que tomé casi por la inercia del momento, y que, incluso hoy, a veces sigo cuestionándome, pero siempre me había atraído el ámbito técnico. Orienté mi formación hacia la vertiente más de ingeniería, sin imaginar que mi trayectoria profesional acabaría enfocada en calidad y seguridad alimentaria, un campo que apenas abordé durante la etapa universitaria.

El punto de inflexión llegó al aterrizar en una consultoría ambiental y energética, donde comencé a conocer más de cerca la industria desde dentro y fue así como llegué a Luxeapers, una industria de encurtidos y conservas vegetales que, en aquel entonces necesitaba renovar su sistema de gestión, y aquí fue donde empecé a descubrir un mundo que me apasionó.

Mi formación multidisciplinar me proporcionó una base sólida y una forma de pensar estructurada, que junto con mi profundo sentido de la responsabilidad, creo que han sido las bases fundamentales para mi evolución hacia la dirección. Hoy, desde una visión global, lidero con la convicción de que la excelencia en calidad y seguridad alimentaria no es solo cumplir normativas, es un compromiso con las personas, con el equipo y con el entorno.

Liderar el área de calidad y seguridad alimentaria en una empresa con presencia en más de 100 países es un gran desafío. ¿Cuáles son las claves para mantener esos estándares tan exigentes y cómo se adaptan a las particularidades de cada mercado?

En mi opinión, la primera clave es la capacidad de adaptación, desde Luxeapers intentamos aprender a gestionar la diversidad regulatoria y cultural con humildad y flexibilidad, manteniendo una actitud abierta y proactiva al cambio y dejando a un lado las barreras mentales, ya que, en un entorno tan exigente, es fácil caer en el miedo al error. Estoy convencida de que los errores no son fracasos, sino oportunidades para analizar y mejorar nuestro aprendizaje.

La segunda clave es la formación continua. En calidad no se puede improvisar, necesitamos personas preparadas, comprometidas y alineadas con una visión común. No se pueden escatimar recursos para la formación e invertimos mucho tiempo en comunicar y generar una cultura en la que la calidad y seguridad alimentaria no sea solo una exigencia, sino un valor compartido.

Por último, la visión estratégica, no se trata solo de cumplir, sino de anticiparse. Detectar tendencias regulatorias, tecnológicas y sociales es esencial para mantener la confianza de los mercados y para seguir mejorando cada día, ya que en un entorno global y cambiante, la excelencia no es un objetivo final, sino un camino constante.

Luxeapers tiene un fuerte compromiso con los ODS. ¿Podrías explicarnos cómo se traduce este compromiso en acciones concretas dentro de la empresa y cuáles son los ODS prioritarios para vuestra estrategia?

La verdad es que no buscamos acciones para “cumplir con los ODS”, sino que muchas de las iniciativas que emprendemos surgen de propuestas que nos llegan y cuando éstas encajan en nuestros valores, las hacemos nuestras con convicción y las llevamos adelante. En los últimos años, nuestra estrategia de sostenibilidad se centra especialmente en varios ODS:

ODS 3 Salud y Bienestar: impulsamos un estilo de vida saludable, por lo que apoyamos a algunos clubes, carreras solidarias, campeonatos deportivos, etc., fomentando la práctica de deporte como herramienta de prevención y mejora de la salud, tanto física como mental, siendo conscientes del impacto positivo del ejercicio en el bienestar emocional. De hecho, para facilitar que nuestro equipo incorpore la actividad física en su día a día, cubrimos el coste del gimnasio para aquellos trabajadores que quieran mantenerse activos y cuidar su salud.

ODS 5 Igualdad de Género: patrocinamos iniciativas orientadas a visibilizar y reducir las desigualdades de género, reconociendo el liderazgo femenino en distintos ámbitos sociales y profesionales.

ODS 7 Energía Asequible y No Contaminante: apostamos por un modelo energético más sostenible, en el último año, por ejemplo, hemos ampliado nuestra planta fotovoltaica, lo que nos permite avanzar hacia una mayor autosuficiencia energética y reducción de nuestra huella de carbono.

ODS 10 Reducción de las Desigualdades: colaboramos con organizaciones como Médicos del Mundo y la Fundación Music for All, promoviendo el acceso a la salud, la cultura y el bienestar de colectivos en situación de vulnerabilidad o con diversidad funcional. Entre nuestros objetivos está contar en plantilla con el doble de personal con otras capacidades respecto al mínimo exigido por ley, como muestra de compromiso real con la inclusión y la igualdad de oportunidades.

Además, ¿cuáles son los mayores desafíos al implementar prácticas responsables en la industria alimentaria y cómo los aborda Luxeapers?

Por un lado, integrar la responsabilidad social con autenticidad y no por presión reputacional. En este sentido, la estrategia de Luxeapers, como he comentado, es responder a propuestas alineadas con sus valores en lugar de buscar acciones para generar imagen. También contamos con certificaciones reconocidas (ISO 1401, SMETA, etc.) que validan el compromiso con criterios objetivos.

Por otro lado, equilibrar competitividad y ética empresarial. Mantener márgenes competitivos puede chocar con decisiones éticas que a menudo suponen un coste adicional a corto plazo, pero si se adopta una visión a largo plazo pueden dar retornos. Por ejemplo, cooperar con tus proveedores para mejorar sus prácticas de calidad, ambientales y sociales, les ayuda a crecer, formarse o tecnificarse y a largo plazo nos hace más competitivos como conjunto. En la misma línea, también apoyamos a nuestro equipo facilitando préstamos blandos, como muestra de nuestro compromiso con su bienestar financiero y estabilidad personal.

Inma, tu compromiso con la formación y la acogida de estudiantes es muy valioso. ¿Qué te motiva a realizar esta labor de divulgación y qué consideras que aportan los estudiantes a la empresa?

Durante mi formación, eché en falta referentes cercanos que mostraran cómo es realmente el día a día a nivel profesional. Creo que acercar la realidad al entorno académico es una forma de inspirar, de abrir caminos y de despertar inquietudes que a veces ni los propios estudiantes saben que tienen.

Los estudiantes, por su parte, traen nuevas inquietudes, nos obligan a replantearnos continuamente el “por qué” de lo que hacemos y su curiosidad es motor de innovación.

Y en tu participación en jornadas y conferencias, ¿qué temas crees que son cruciales abordar hoy en día en el ámbito de la calidad y seguridad alimentaria?

En primer lugar, la seguridad alimentaria basada en la gestión de riesgos realistas y su evaluación continua. En un entorno globalizado, uno de los mayores riesgos para la seguridad alimentaria no es la falta de sistemas, sino la existencia de sistemas mal diseñados, que parten de análisis de riesgos teóricos, genéricos, alejados en la mayoría de las ocasiones de la realidad operacional de la industria. En industrias, donde se opera con sistemas de autocontrol no certificados, la evaluación continua es crucial ya que las deficiencias pueden derivar en riesgos reales para la salud pública. Pero estar certificado en estándares internacionales, como BRCGS, IFS, etc., no basta, hay que fomentar una auténtica cultura preventiva en todos los niveles de la organización, desde la alta dirección hasta el operario de línea.

Otro tema crucial es la transparencia y trazabilidad de la cadena alimentaria. Por un lado, es necesaria la digitalización como fundamento para que los consumidores sepan de dónde vienen los productos, cómo se han elaborado y en qué condiciones, y aquí cobra importancia que el etiquetado de nuestros productos cumpla, de forma estricta, los estándares nacionales e internacionales, ya que la confianza se construye con transparencia, por lo que se declara en una etiqueta debe reflejar lo que se controla en la fábrica. Sin embargo, la trazabilidad no debe ser solo un requisito legal, debe ser una herramienta de defensa y reputación, ya que permite detectar incidentes con rapidez, verificar a tus proveedores, prevenir el fraude en ingredientes, etc.

Y por supuesto también es fundamental abordar la sostenibilidad como parte inseparable de la calidad. Ya no basta con que un producto sea seguro y conforme, tiene que ser respetuoso con el medio ambiente, con las personas que lo producen y con los recursos que utiliza.

Sabemos de tu gran labor en el impulso de la España Vaciada y el empoderamiento de la mujer rural. Actualmente, ¿estás involucrada en alguna acción específica para contribuir a estos objetivos en el ámbito agroalimentario?

Más que una labor, es una realidad que forma parte de quién soy: soy mujer, y soy parte de esa España Vaciada que a menudo se menciona desde la distancia. Y sí, tengo una firme convicción de que poco se pone el foco en el enorme potencial humano, y en concreto, en el talento femenino que existe en estos territorios y que merece ser reconocido y aprovechado.

Yo desde el Departamento de Calidad y Seguridad Alimentaria de Luxeapers, he apostado conscientemente por incorporar este talento a mi equipo, de hecho, las dos últimas personas que se han sumado a nuestro equipo recientemente son mujeres rurales con una formación excelente y una capacidad de adaptación admirable. Apostar por ellas no ha sido un gesto simbólico, sino una decisión estratégica: el futuro del sector agroalimentario pasa por captar, retener y visibilizar ese talento que muchas veces queda oculto por falta de oportunidades.

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan las mujeres en el sector agroalimentario rural y qué estrategias consideras más efectivas para promover su inclusión y desarrollo?

Creo que los desafíos de las mujeres rurales son similares a los de cualquier mujer. Aunque creo que se ha avanzado mucho en este aspecto, para mí el principal desafío sigue siendo la falta de flexibilidad de algunos modelos de trabajo, lo que afecta a la conciliación de la vida laboral y familiar, frenando a muchas mujeres que tienen talento y ganas. Creo que debemos fomentar la corresponsabilidad y la conciliación, apoyando modelos laborales flexibles, incluyendo horarios adaptables, teletrabajo en áreas de gestión y servicios de apoyo.

¿Cómo visualizas el futuro del sector agroalimentario en la España Vaciada y qué papel juegan la innovación y la sostenibilidad en su revitalización?

Quiero visualizar un futuro donde el sector agroalimentario en la España Vaciada no solo sobrevive, sino que lidera. Tenemos recursos, biodiversidad, talento local y la calidad de vida que nos ofrece lo rural, una vida más tranquila, más consciente, donde el tiempo recupera su valor, etc. En este contexto, la innovación y la sostenibilidad son esenciales para revitalizar el medio rural sin perder su esencia. Nuevas formas de producir, de emprender en red, de vivir y trabajar de manera más flexible son el hilo conductor, y las mujeres tenemos la capacidad para liderar desde lo comunitario, para innovar desde lo cotidiano y para reconstruir con sentido, aunque en ocasiones la legislación pueda lastrar el desarrollo rural en nuestras regiones y dificultar la competitividad frente a países terceros con estándares más laxos, lo cual pone en riesgo nuestra autonomía alimentaria, una cuestión estratégica de primer orden.

Para finalizar, Inma, sabemos que tuviste algunas reticencias a presentar tu perfil a «Mujeres Influyentes de Almería» y que fue tu CEO, Sergio Viñolo, quién te animó. ¿Estás ahora más convencida de la importancia de «estar» y de visibilizar tu trayectoria, especialmente tras haber recibido el Premio MIA en la categoría de Directivas? ¿Qué significó para ti este reconocimiento?

Nunca he buscado protagonismo ni reconocimientos, siempre he creído que el trabajo bien hecho debe hablar por sí solo. Me identifico profundamente con la frase de Paulo Coehlo: “El mundo cambia con tu ejemplo, no con opinión”. Sin embargo, trabajar junto a Sergio me ha enseñado que compartir el camino recorrido es una forma de inspirar, de ejercer un liderazgo generoso y comprometido. Recibir tantas muestras de cariño y sentir ese respaldo, ese orgullo compartido, ha sido sin duda, una de las experiencias más gratificantes de este reconocimiento.

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