Nadie puede apagar tu luz

Hoy, 25 de noviembre, conmemoramos el Día Internacional contra la Violencia de Género, una fecha que nos recuerda la necesidad de seguir luchando contra esta lacra social, defendiendo los derechos y la dignidad de las mujeres en todo el mundo. Desde Mujeres Influyentes de Almería, queremos contribuir a esta causa destacando a una de nuestras Mujeres MIA, cuya sensibilidad y compromiso se reflejan en sus palabras: Sonia Cruz Luque.

Sonia Cruz, maestra y escritora infantil, ha dedicado su trayectoria a promover valores fundamentales como el respeto, la igualdad y el orgullo por nuestra identidad cultural. A través de sus libros y actividades, Sonia inspira a pequeños y grandes, utilizando la literatura como herramienta para educar y reflexionar. Su obra es un reflejo de su pasión por Almería, su historia y su cultura, y hoy, en una fecha tan significativa, comparte con nosotras un poema que nos invita a la reflexión y a la esperanza.

La poesía, como Sonia misma, tiene el poder de transformar y conectar. Por ello, te invitamos a leer y compartir este poema, un grito de amor, fuerza y resiliencia.

Os voy a contar una cosa que me pasó
con un monstruo muy pesado,
que tenía muy mal carácter
y estaba siempre muuuy enfadado.
Una mañana me puse un vestido
de color arcoíris, mi color favorito,
Y con él, bailaba y bailaba
y los colores del vestido,
al ritmo de mi alegría,
brillaban y brillaban.
¿Sabéis lo que el monstruo me dijo cuándo me vio?
¿Dónde vas así vestida?
¡Qué horror!
¡Todo el mundo te va a mirar!
Y le contesté sin dudar…
Normal que me miren,
¿acaso tú no me ves brillar?
¿Por qué no te cambias?
Muy guapa, no vas.
¿Qué no voy guapa?
¡Y a ti qué más te da!
A mí me gusta y me encanta.
Así que, no insistas más.
¡Mi vestido es precioso!
Con él, ¡siento ganas de bailar!
¿Bailar? ¿Con esos zapatos tan feos?
¡Y mírate! ¡Qué pies tan grandes tienes!

¡Ay, monstruo! ¡Qué monstruoso eres!
Mis pies son perfectos,
sobre todo para correr
de monstruos como tú
que no saben querer
y tampoco respetar.
Lo deberías aprender,
te sentaría fenomenal.
Y el monstruo siguió y siguió…
¡No se cansaba! ¡Nada1 ¡Qué no!
¿Y ese peinado que llevas?
¿Acaso te crees una reina?
¡Pues sí! ¡Soy la reina de la fuerza!
Y te ignoro con firmeza.
Como quiera, me peino,
como quiera, me visto,
y con mis pies tan grandes,
¡ni siquiera te piso!
Y ahora, ¡déjame en paz!
¡No me vuelvas a molestar!
¡Sólo dices tonterías!
¡Y no las voy a escuchar!
No me das ningún miedo,
porque la luz que llevo dentro
siempre brillará
y nunca, nunca,
¡la podrás apagar!