Skip to main content

Carmen María Martinez Morales es Intendente Mayor de la Policía Local de Almería. Es de esas mujeres que despierta una profunda admiración. Esa admiración que producen las mujeres pioneras. Ella no es solo una referente en una profesión altamente masculinizada, sino que es de esas mujeres que abren caminos, que tienden puentes a otras mujeres. Decía Madeleine Albright, la primera mujer en convertirse en Secretaria de Estado de Estados Unidos, que hay un lugar especial en el infierno para las mujeres que no apoyan a otras mujeres. A Carmen María no la veréis por allí. Hoy la entrevistamos en el blog de MIA.

El año 1970 fue el inicio de la integración de la mujer a un sector laboral reservado histórica y exclusivamente para los hombres el contexto policial mundial y español, siendo Córdoba la Ciudad pionera a este respecto e iniciándose dicha andadura en el cuerpo de la Policía Local en Almería en 1980. ¿Cuéntanos qué grandes hitos has vivido desde que comenzó tu andadura en el cuerpo?

Aunque han sido muchos los servicios importantes que he realizado en mis 30 años de carrera profesional, el mayor hito fue sin duda la organización y puesta en marcha de los dispositivos de seguridad y tráfico necesarios para dar cobertura a los Juegos Mediterráneos Almería 2005. Estos servicios se desarrollaron simultáneamente en distintas sedes deportivas a lo largo de 15 días. Fue un reto escoltar, dar seguridad y establecer rutas de tráfico y de evacuación a los movimientos de circulación de más de 3000 deportistas y técnicos acreditados y a unos 100 medios de comunicación. Por otro lado, también se tuvo que dar cobertura a los accesos y seguridad que requería la Ciudad Deportiva del Toyo en Retamar donde se albergaban todas estas personas.

Por aquel entonces era la Jefa del Cuerpo de Policía Local. Por supuesto, no es mío el mérito al 100 %. Ese logro no hubiera sido posible si no fuera por el fundamental apoyo de mi equipo de trabajo. En esos duros momentos de planificación de un evento inaudito en forma y volumen, fueron grandes mujeres y hombres los que estaban conmigo echando toda la leña en el asador. Quizá sea ese mi único mérito: acertar en la creación de un gran equipo de trabajo con asunción plena de responsabilidades y donde cada cual dió lo mejor de sí mismo. Yo sabía que a mi voz, todos me seguían pues su compromiso era el reflejo del mío.

Ciertamente, la plantilla policial de aquel entonces no estaba tan fortalecida como en la actualidad, ni tampoco contábamos con unos medios como los de ahora, pero el tesón y el esfuerzo personal de cada mando y cada agente de Policía Local pudo suplir las deficiencias y las dificultades. Quiero pensar que supimos hacer piña y estar a la altura de lo que se nos demandaba. Estábamos tan concienciados de que ese gran evento deportivo tenía que salir bien, que los Jefes nos sorprendimos con una plantilla policial que incansablemente doblaba turnos, jornada tras jornada, durante esos 15 días; y que hacía lo posible y lo imposible por dar buen servicio en las 13 sedes deportivas que tenía esta Ciudad en funcionamiento simultáneo. Sufrimos mucho, pero no hay nada mejor que la satisfacción del trabajo bien hecho y de eso sabe mucho el Cuerpo de Policía Local.

A un nivel menos comparable en trascendencia temporal, un segundo servicio policial que me marcó de por vida fue resolver la emergencia social del llamado “Patio de Pescadería”. Surgió a finales de Enero de 2017, cuando en una tarde/noche Policía Local tuvo que hacer frente al desalojo masivo de una manzana de edificios de la barriada de Pescadería, desalojo motivado por un informe técnico que tras el derrumbe de un pasillo comunitario del edificio, lo aconsejaba por riesgo de caída por ruina patente.

En aquella ocasión, estaba de responsable de guardia como segunda Jefa del Cuerpo y en funciones de Jefa Accidental. En pocas horas tuve que organizar el servicio policial que demandó la mesa de urgencia activada por el Plan de Emergencia Municipal, por cierto, que desde la riada de 1989, ningún otro suceso municipal había motivado nunca en esta Ciudad la activación de un Plan de Emergencia.

En esa tarde-noche, se hubo de desplegar un dispositivo para identificar a los 229 de vecinos de los 6 edificios que conformaban el Patio de Pescadería, sacarlos de sus viviendas con sus enseres más básicos y dirigirlos a los lugares de albergue provisional habilitados. Tuvimos que coordinar su traslado a través de decenas de autobuses urbanos cuyos turnos de ida y regreso estaban perfectamente coordinados por Policía Local. También, la Policía Local activó la apertura de una gran superficie comercial para proveer de alimentos y bebidas básicas a todos ellos en una dura noche de invierno, sobre todo las de niños, mujeres embarazadas y ancianos que esperaban horas a la intemperie hasta su turno de evacuación.

Incluso tuve que comparecer en el Juzgado de Guardia para gestionar la salida involuntaria y forzada de algunos vecinos que se negaban a salir de sus domicilios, gestionar personalmente los Servicios del 061 para atender a dos ancianos que por enfermedad no podían ser trasladados del lugar de otro modo sino en ambulancia. Y hasta gestionar la apertura del Centro Zoosanitario para trasladar los animales domésticos de esos cientos de vecinos que lógicamente no podían tener a sus mascotas consigo en esta situación tan precaria.

Ni que decir tiene que dispuse un servicio para la custodia de 24 horas de los 6 bloques de edificios evacuados del Patio de Pescadería para evitar que los moradores regresaran saltándose la prohibición de entrada, e incluso para evitar actos vandálicos. Este servicio se mantuvo durante varios días hasta que se realizaron labores de apuntalamiento de seguridad del edificio, momento en el cual de nuevo se tuvo que coordinar con hoteles y autobuses el servicio policial para el regreso ordenado de los cientos de vecinos a sus viviendas.

No ha habido suceso tan intenso y de tanta trascendencia pública en los últimos años. De nuevo, no estuve sóla. Si no hubiera sido por el apoyo de mi Intendente, Carmen López, y de los mandos de los distintos Turnos y hasta de Policías que voluntariamente se personaron en la Jefatura estando libres de servicio para colaborar, la resolución de esta emergencia social no hubiera sido igual de eficaz.

Me encanta escuchar tus ponencias. ¡Cuánto ha evolucionado la situación de la mujer dentro de la policía local de Almería, desde el uniforme, a las funciones. ¿Qué logros en el avance de derechos de la mujer puedes atribuirte?

Desde mi posición como mando de Policía Local en la escala técnico-directiva, nada puedo hacer por luchar en el incremento de mujeres policías en nuestras filas. Sólo la legislación autonómica puede remover los obstáculos legales que aún pesan para que las mujeres lleguen a superar las barreras que les impiden la entrada en las Policías Locales por oposición. Así pues, los Jefes sí tenemos la responsabilidad de luchar para cambiar las normas y estamos presentando propuestas para revertir esta situación. Tenemos un reto a nivel nacional, autonómico y local: lograr una equiparación más justa en las cifras representativas de hombres y mujeres en los Cuerpos de Policía y esto sólo se logrará activando medidas reales que impulsen el desembarco de mujeres en estos Cuerpos históricamente ‘masculinizados’ puesto que, de no seguir haciendo nada, no cambiará nada.

No es justo que, por ejemplo, en nuestra Ciudad de Almería, sólo existamos 20 mujeres policías en una plantilla que cuenta con 257 efectivos. Esto escasamente supone el 7’79 % de representación femenina en el Cuerpo, porcentaje, por cierto, que compartimos con la Guardia Civil (con un 7’4%) distando mucho de las cifras de mujeres policías existentes en Policía Nacional (15’68%) y de las mujeres policías en los Cuerpos Autonómicos como los Mossos D’Esquadra de Cataluña y la Ertztainza en el País Vasco que con 22’21% y 16’23 % de mujeres policías respectivamente, han dado un salto inaudito por la igualdad en los últimos años, según los datos publicados en el Estudio “Mujer y Seguridad” publicado por el Observatorio de la Mujer el pasado marzo de 2023.

Por tanto, mi reflexión siempre ha sido que si no puedo hacer nada por sumar más mujeres a este Cuerpo de Policía, sí que puedo hacer todo lo que esté en mi mano por mejorar las condiciones de servicio de mis compañeras de filas. En este campo tuve la oportunidad de desterrar ciertas barreras invisibles, como aquella norma no escrita que decía que dos mujeres no podían patrullar juntas siendo lo normal que una mujer siempre hiciera binomio policial con un hombre. Cuando a finales de los años noventa dos de mis mujeres policías me plantearon prestar servicio juntas, no me lo pensé. No pocas voces se alzaron con prejuicios del tipo; verás como tienen problemas…. A los pocos meses se normalizó esa “pareja policial” femenina. No surgió ningún problema. Rota la barrera y desterrada la limitación.

Recuerdo que también tuve que intervenir animando a una mujer mando a liderar un equipo de trabajo especialmente operativo en Policía Local, el Grupo Rápido de Intervención Policial. De nuevo surgieron las voces que ponían en solfa este hito: ¡una mujer dirigiendo la Sección puntera policial a nivel operativo¡ La realidad se impuso. Ella era un mando fantástico. Una gran profesional con bastante experiencia que supo hacer equipo y lograr los objetivos que los Jefes le marcamos.

Ya a nivel de intendencia creo que he sabido responder a las inquietudes de mis compañeras en materia de medios policiales. Cuando yo aterricé en la Policía Local en el año 1993, los uniformes de trabajo que vestíamos las mujeres eran exactamente iguales en diseño que los que se confeccionaban para los hombres. Ese patronaje masculino hacía extremadamente incómoda la ropa de trabajo para las mujeres policías. Nadie se había preocupado porque las mujeres policías vistieran como “sacos de patatas” y trabajasen incómodas. Desde hace muchos años, en las contrataciones, se exigen patronajes masculinos y femeninos. De igual manera, trabajé incansablemente para que los chalecos antibala que utilizan hombres y mujeres policías fueran suministrados acorde a las peculiaridades fisionómicas de unos y otras. E incluso que la compra de motocicletas policiales no fueran tan altas de asiento, ya que disuaden a mis compañeras de Policía de ser mujeres motoristas. En definitiva, luché para que a las mujeres Policías se les proporcionase un uniforme y unos medios policiales dignos y cómodos. Y lo logré. Porque la igualdad no es dar por igual a todos, sino dar a cada cual lo que le corresponde.

Hombres y mujeres en la Policía, ¿estamos lejos de la igualdad en la actualidad?

No le quepa duda. Esa igualdad que propugna el artículo 14 de la Constitución Española es una entelequia legal necesaria. Pero al fin y al cabo es un ideal por el que las mujeres tenemos que pelear por hacer realidad todos los días. Podría darle una respuesta políticamente correcta y decirle que la igualdad está encima de la mesa. Pero la verdad es que, aunque hemos avanzado mucho, aún existen situaciones de desigualdad que las mujeres tenemos la responsabilidad de no ocultar expresándolas con el con respeto y la serenidad que propugna el feminismo < de verdad>, ese que aboga por defender la igualdad real de las personas con independencia de su sexo y género.

Hombres y mujeres están integrados por igual en distintas Secciones del Cuerpo de Policía: patrulleros, policía de barrio, motoristas, etc, y por supuesto que ejercen con igual eficacia su trabajo operativo. Eso es una verdad incuestionable. Es a nivel de asignación de responsabilidades en los puestos de libre designación y especialmente de mandos, donde quizá el reparto de tareas, funciones, responsabilidades y representatividad pública es más desigual. En mi opinión personal, percibo que la institución anima por no decir, conduce a las mujeres (o a un mayor número de mujeres que hombres), a esferas de tipo administrativo, de intendencia o de formación y dirige abiertamente a los hombres a las funciones de organización policial pura y dura, entrando las mujeres en una dura competencia por compartir ambas esferas. Creo que esto es reflejo de lo que puede suceder en el sector privado.

De igual manera, no cabe duda que ante las mismas actitudes o comportamientos, aún existen ciertos prejuicios de género que no nos favorecen a las mujeres. Aun haciendo y diciendo lo mismo que ellos, la lectura general no es la misma. Así, por ejemplo, si las mujeres mandos hacemos en un grupo de iguales una propuesta arriesgada somos tildadas de locas arriesgadas que dan un salto al vacío, mientras que esa misma propuesta arriesgada en boca de un hombre viene a ser considerada novedosa, ingeniosa, difícil pero posible, arriesgada pero asumible… Es más fácil confiar en una propuesta arriesgada masculina que en una femenina. O, por ejemplo, también es muy doloroso escuchar que si ellos promocionan es porque ellos “aprueban” y si son ellas las que ascienden, ellas no aprueban, “las aprueban”. Estoy segura de que muchas mujeres se verán reflejadas en sus organizaciones al leer estas situaciones, porque esto sucede y está en la calle. En definitiva, queda mucha igualdad por conquistar.

¿Faltan mujeres?

Aunque las primeras mujeres Policías Locales fueron las cordobesas, en Almería, la primera mujer que llegaría al Cuerpo de Policía Local fue en 1980 (Maria del Carmen Sánchez Cascales), esto es hace más de 40 años. Al año siguiente, en 1981 llegaron 6 mujeres más. Todas ellas están jubiladas al día de hoy a excepción de la Oficial Isabel Almécija Ortega (que tiene la categoría profesional equivalente a “Cabo”) que hoy por hoy sigue siendo Jefa de Sección y en muchas jornadas Jefa de Turno en Policía Local de Almería. Es decir, tenemos el orgullo de decir que hay una mujer mando en pleno servicio operativo policial en los turnos de mañana, tarde y noche, a escasos 7 meses de su jubilación. Actualmente sólo 20 mujeres y solo 3 de ellas somos mandos, formamos parte de la Policía Local de Almería, frente a la abrumadora cantidad de 237 hombres. En ese Estudio publicado por el Observatorio de la Mujer el pasado marzo de 2023 que antes le mencionaba llamado “Mujer y Seguridad” se menciona como reto de igualdad, llegar al 40 % de representación femenina en los Cuerpos de Policía, lógicamente a similitud del porcentaje de mujeres que conforman la sociedad española y mundial.

No parece, por tanto, ninguna locura que las mujeres peleemos por lograr ser más en la Policía, como en todos los ámbitos profesionales. Ocurre además que, hoy por hoy, la función policial consiste en algo más que perseguir y detener a delincuentes. En el día a día, los servicios más demandados por los ciudadanos son los conflictos entre partes que se resuelven con grandes dosis de diálogo, empatía y mediación policial. Y creo que nadie se le escapa que las mujeres presentamos altas cualidades y habilidades personales en esos campos. Por tanto, ya no es sólo una cuestión de cifras y de justicia social. Las mujeres somos necesarias en la Policía y claro que faltan mujeres policías. A las cifras nos remitimos.

Y esto no lo dice Carmen Martínez, entre las conclusiones de ese II Estudio de Mujer y Seguridad antes mencionado del Observatorio de la Mujer, se dice literalmente que “Consideramos que deben implantarse mecanismos y medidas, sin perjuicio de los planes de igualdad en aquellas organizaciones que carezcan de ellos, para acelerar esta tendencia al alza que se desprende de los datos reflejados en el presente Estudio, y promover la atracción de la mujer al sector de la seguridad. Es importante rechazar la imagen masculinizada de la seguridad, sustituyéndola por una imagen de proximidad, más acompañadora que represora, más empática que reactiva, en definitiva, más al servicio del ciudadano” añadiendo un razonamiento singular “Este cambio de paradigma, en sí se está llevando a cabo en las principales organizaciones policiales, apoyado por políticas públicas de igualdad” donde reconoce que se están poniendo en marcha políticas comunes y “campañas de captación de talento femenino”.

 

¿Cómo favorecer el ingreso de mujeres en la Policía Local?

Esas políticas públicas de igualdad que mencionaba para lograr la igualdad en la representación masculina y femenina en las Policías, pasan por activar algunas medidas concretas como las siguientes:

– Diseñar campañas específicas donde se visualice el papel de la mujer en el campo de la seguridad y su liderazgo como jefas intermedias o en la máxima categoría. Estas mujeres deben ser espejo de las niñas y jóvenes que hoy no piensan en ser policías porque “no lo ven”.

– Introducir la perspectiva de género en los planes y proyectos de seguridad públicos y privados, donde la resolución dialogada de conflictos y la labor de mediación se equipare a otro tipo de resolución de problemas sociales más clásicos.

– Modificar la legislación de acceso a la Policía Local para que se respete a la mujer la superación de pruebas superadas en el proceso selectivo (oposición de acceso y oposición para el ascenso a mandos) para los casos en que tras la pruebas realizadas y aprobadas la mujer aspirante a policía quede embarazada o esté en situación de post parto o lactancia, puesto que en estas situaciones se ven incapacitadas para realizar las duras pruebas físicas de la oposición. En la actualidad, en estos casos las mujeres no pueden proseguir con los exámenes por pura imposibilidad física, imposibilidad que nunca pesará sobre los hombres. De igual manera sucede cuando una vez superada la oposición la mujer tiene que superar el Curso preceptivo en la Escuela de Policía, y de igual manera no puede realizar las pruebas físicas cuando como policía en prácticas queda embarazada o está en situación de post parto o lactancia.

– Regular por ley las características especiales que deben de reunir tanto la uniformidad policial de las mujeres como los medios técnicos que usan ya que su fisionomía condiciona la seguridad con la que realizan su servicio en unas u otras circunstancias. Esto no puede quedar al albur de la decisión de los Jefes que pueden ser más o menos sensibles a esta cuestión, sino que debe estar regulado por Ley.

Recibiste la Medalla al Mérito Policial en reconocimiento a tu destacada trayectoria profesional en la Policía Local, así como otras medallas a nivel nacional en reconocimiento a tu dirección policial como mujer; también tienes concedidos premios y distinciones por tu alto nivel de cualificación en el ámbito jurídico, específicamente en la violencia contra la mujer. ¿Cómo es de importante la formación continúa en la Policía Local?

La formación y el perfeccionamiento y reciclaje policial es tan importante en Policía como en cualquier otra profesión. Esta profesión tiene dos campos en los que necesariamente tenemos que estar permanentemente en proceso de formación. El primero es la actualización normativa, pues casi a diario nos desayunamos con reformas legales de tráfico, seguridad ciudadana, establecimientos, etc Y el segundo, es el reciclaje permanente en materia de protocolos de intervención con detenidos, menores, personas violentas, enfermos mentales, … Además de ello todos los efectivos de la plantilla realizamos anualmente los ejercicios de tiro necesarios para estar perfectamente adiestrados en el manejo y uso de armas. Por ello, todos los agentes están formándose en Policía Local tanto en contenidos legales como en procedimientos de trabajo.

Por otro lado, se favorece la formación de los agentes en campos de especialización para que tengan los mayores y mejores conocimientos en campos concretos como la formación en materia de violencia de género, disciplina urbanística, control de velocidad y alcoholemias, etc, promoviendo su acceso a las Secciones especializadas en Policía Local.

 

Los delitos sexuales van en aumento, no sólo en Almería, sino a nivel nacional. Preocupa que tanto agresores como víctimas cada vez sean más jóvenes. ¿A qué se debe? ¿Qué posibles soluciones ves a este problema?

Creo que a nadie le extrañará que mi respuesta a tu pregunta sea tan lacónica como EDUCACIÓN. Y no sólo la educación académica, sino la educación familiar. Desde los dibujos animados y publicidad que ven nuestros niños y jóvenes hasta el cine, la televisión, las redes se ven imágenes donde publicita un mensaje oculto: el acceso al cuerpo de las mujeres a nivel sexual es fácil por los hombres que pueden exigirlo, y además, ellas se exhiben quizá queriéndolo. Este mensaje se impulsa hasta la violencia en los videos y cine pornográficos al que tienen acceso nuestros jóvenes y los hombres adultos donde los actos sexuales (que no relaciones sexuales) que se difunden son escenas de dominación y hasta de violencia de los hombres sobre las mujeres, donde ellos disfrutan con esos actos y donde “parece” que ellas también a pesar de recibir azotes, golpes, ataduras y hasta vejaciones. Y nada más lejano a la realidad.

Las relaciones sexuales de calidad y sanas entre hombres y mujeres pasan por las emociones donde fluyen los sentimiento de respeto, atracción sexual mutua, acercamiento y proximidad. Otras afortunadamente, pasan por sentimientos de cariño y amor cuando son relaciones sexuales en pareja. Pero nuestros jóvenes no saben esto. Nadie se lo explica. Por tanto, no nos extrañe que muchos jóvenes y hombres piensen que pueden poner en marcha comportamientos agresivos para satisfacer sus impulsos sexuales que, por cierto, no controlan ni reprimen ante la negativa femenina.

¿Hay mucha criminalidad en Almería?

Creo que esta es una sencilla pregunta muy difícil de responder. Almería es una ciudad tranquila. Todos los que vivimos en ella lo sabemos. Que existe delincuencia es una realidad innegable, como en todos los núcleos de población urbana de España y del mundo pero ciertamente es una Ciudad con un estándar de seguridad muy alto. Tanto en el día a día como en los eventos principales como Feria, Semana Santa, Navidad, los vecinos y visitantes pueden decir con orgullo que se sienten seguros. No puedo ni debo responder de otro modo.

 

Fuiste la candidata más votada por el público en tu categoría, ¿eres consciente de la estima que te tiene la sociedad?

Hasta hace pocos días en que MUJERES MÍA me lo comunicó, no podía imaginar que hubiera sido la candidata más votada por el público en mi categoría de Función Pública.

Siempre he pensado que vestir este uniforme y estar tan encerrada en el mundo policial generaba una barrera con la sociedad, ya no sólo por esto sino porque quizá los funcionarios públicos no nos prodigamos en los medios. ¡Y me alegro tanto! Es cierto que muchos de mis amigos y conocidos me decían “!!ya te he votado¡¡” pero bueno, pensaba, si ellos no lo hacen ¿quién lo hará?. Pero, lógicamente, sí me ha sorprendido el volumen de votos recibido pues, efectivamente, tantos votos dicen que no solo me “conocen” sino que me “reconocen”. Quiero pensar que las semillas que se siembran en el camino, dan sus frutos en forma de respaldo y cariño. Justo el que he recibido y llevo saboreando todo este tiempo. Gracias por hacerlo posible.

 

¿Qué ha supuesto para ti estar en Mujeres Influyentes de Almería?

Pues darme cuenta de que debo seguir haciendo un esfuerzo por continuar relacionándome desde la Policía con otros ámbitos sociales como el arte, la universidad, la educación en general, la empresa, la cultura, la empresa privada, la ciencia, el mundo del asociacionismo, la discapacidad, … porque todos podemos aportar al campo del otro la maestría propia de nuestro campo profesional. Porque todos podemos sumar en proyectos de los demás así como lograr apoyo de los demás en los nuestros. Porque es necesaria la simbiosis de todos y todas en todos los ámbitos donde nos movemos. Porque juntos nos enriquecemos. Desde aquí proclamar que habéis sido todo un descubrimiento para mi y ofreceros toda mi colaboración al proyecto de Mujeres MIA como la activista de pro por la que me tengo.

Dejar una respuesta