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La decisión de ser madre en España se pospone cada vez más. Los datos recientes revelan una tendencia clara: el 40% de las mujeres que dieron a luz en 2023 tenían más de 35 años, una cifra que duplica la de hace dos décadas. Este aplazamiento coincide con el momento en que la fertilidad femenina comienza a disminuir de forma significativa.

La realidad del reloj biológico y social

Aunque la sociedad ha evolucionado, el reloj biológico permanece inmutable. Después de los 35 años, las probabilidades de concebir de forma natural se reducen notablemente, y esta caída se acentúa aún más a partir de los 40. Este retraso en la edad para gestar tiene un impacto directo en las tasas de fertilidad del país y en la creciente necesidad de recurrir a técnicas de reproducción asistida.

Hace veinte años, casi el 80% de los partos en España ocurrían antes de los 35 años. Hoy, esa cifra ha descendido al 60%. En paralelo, el porcentaje de mujeres que dan a luz con más de 40 años se ha triplicado.

Esta tendencia ha contribuido a una disminución general de la natalidad. Con una tasa de fertilidad de 1,29 hijos por mujer, España se sitúa entre los países con las cifras más bajas de Europa, superando solo a Malta e Italia. Otros países europeos como Francia, Irlanda o Rumanía muestran tasas significativamente más altas.

El auge de la reproducción asistida

Como consecuencia de esta realidad, el uso de técnicas de reproducción asistida ha experimentado un crecimiento exponencial en las últimas dos décadas. En 2003, se realizaron alrededor de 31.000 tratamientos en España. Para 2022, esta cifra se disparó a más de 198.000 ciclos. Ese mismo año, el 12% de los nacimientos en España ya se lograron gracias a estas técnicas.

La Fecundación In Vitro (FIV) es, con diferencia, la técnica más utilizada, representando la gran mayoría de los tratamientos de reproducción asistida. Si bien los avances en estas técnicas son cruciales para ayudar a muchas personas a formar una familia en edades más avanzadas, es importante recordar que su éxito no puede compensar completamente el descenso natural de la fertilidad con la edad.

Factores socioeconómicos detrás del retraso

El retraso de la maternidad es un fenómeno principalmente social, no biológico. Diversos factores influyen en la decisión de posponer la parentalidad, entre ellos:

  • La prolongación de la etapa formativa.
  • La demora en la inserción laboral de las mujeres.
  • La falta de conciliación entre la vida profesional y personal.
  • La ausencia de una pareja con la que compartir el proyecto familiar.
  • La precariedad económica y el elevado coste de la vivienda.

La decisión de tener hijos se ha convertido para muchas personas en una cuestión estratégica, donde la estabilidad económica y profesional, así como las oportunidades laborales, a menudo pesan más que los factores biológicos, a pesar de que el tiempo fértil no espera.

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